A
según qué profundidades
las
alarmas humanas
del
vértigo del horror
de
la transmutación
de
la despersonalización
del
despojarse del nombre
o
el simple intercambio
de
seres
no
funcionan se apagan
como
los luceros tristes
sin
amanecer ni alba.
En
esos territorios inhóspitos
plagados
de fosas y huesos
del
polvo pasado
despiertan
los males y demonios
propios
y ajenos
y
es mejor vendarse los ojos
taponarse
los oídos
y
seguir adondesea
sin
porvenir
como
mula venciendo
el
sentido del viento.
Solo
ahí las nubes
regresan
agrietadas
y
nos vuelve a llover.
Agua
de bautismo
nuevo
renacer en la memoria
de
nuestro antiguo
nombre
con
canciones de nueva
esperanza
la
que sacrificada
resurge
y medra
en
el óvulo todavía amargo
por
haber apostado
hacia
arriba en lugar
del
fondo de un abrazo.
Salir
aleatoriamente
de
esos abismos
es
lo único que se me viene
en
estos consejos a deshoras
pues
suerte azar y trabajo
deben
unirse con voluntad
obcecación
y fuerza.
Coraje
del alma
para
transitar traspasar
y
erigirse como sí misma
antes
después durante.
Lo
demás solo la sombra
renovada
en los alrededores
de
próximos oasis
os
revelará como fuimos
como
pudimos ser
y
como no nos queda más remedio
que
ser siendo.
Paula Mocinho Novoa
Santa
Coloma de Gnet. Tarde de sábado. 20.04.2013